En mis días de adolescencia romántica siempre tuve la disyuntiva de cómo debía vestirme, qué música escuchar y sobre todo cómo debía comportarme. Entonces, cuando tenía 14 años más o menos, decidí intentar ser "jipi". Me dejé el cabello largo (dentro de lo posibe porque en mi colegio eran muy estrictos en este tema) usaba gorros de lana, ente otros accesorios. Me mandé a hacer un uniforme tuneado, con pantalones acampanados, camisetas rotas y con algunas modificaciones al sello del colegio y claro, la corbata sucia. Todo esto con el fin de "transgredir".
El problema aparentemente estaba solucionado, creí que encajaba en un grupo. Pero resulta que mis anteriores amigos y conocidos empezaron a verme con otros ojos. Una amiga se enteró que fumaba marihuana y me despreció, otra persona me veía como si estuviera enfermo, mi enamorada de entonces se avergonzaba de mi porque a su madre no le gustaba la idea de que su hija ande con un vagabundo.
La pose creció después de una decepción amorosa y en los primeros meses de universidad, aproveché la "libertad" total para dejarme el cabello aún más largo, más sucio y más enredado. Mis pantalones estaban aún más desgastados y me drogaba como si no hubiera mañana. Empecé a hablar arrastrado, lentito, pausado, como burlándome de las superficialidades de los "aniñados, hijitos de papá de la Católica". Los conciertos eran el complemento perfecto para tratar de encajar así como ir al Café Libro o conciertos de rock nacional al aire libre.
Fue entonces cuando me sentí un hippie completo y decidí involucrarme con artistas y tratar de fundirme en esa sociedad "tan selecta". Fracasé, me di cuenta que no encajaba tampoco con ellos, y entonces una noche me pregunté "cuándo será el día en que un aniñado vaya a un concierto de metal?", o "cuándo un hippie vestirá de terno?". Mejor aún "cuándo un metalero dejará de vestir de negro?" o "cuándo un punkero se peinará con raya en la mitad?". En fin, empecé a comprender que todos ellos son los que no encajaban en mi vida y paulatinamente (y sin tener plena conciencia de esto) encontré cómo no debía ser.
Desde hace algunos años procuro evitar prejuicios y me intereso por la vida de cualquiera (que no tenga poses, claro) y trato de no excluir de la manera en que me sentí excluido por no encajar. Intento que al menos ellos también se interesen en mis movidas, o sino ya me valen v*rga. No me gusta ser encasillado, lo detesto...aunque muchas veces me han dicho "eres medio hippie, no?". No lo soy, no quiero serlo, no me caen bien las poses de quienes sí dicen serlo!
Me doy cuenta que a muchas personas SÍ les gusta encasillarse y ser vistos como artistas, alternativos, punkeros, metaleros, etc....lo peor de todo es que estas personas creen ser diferentes de otras por sólo vestir de negro, rosa o porque usan camisetas que digan "Misfits" o polos marca Lacoste.
